Marleny nació y creció en la vereda El Espinal del municipio de San Pedro de los Milagros. Estudió hasta segundo de primaria pues Marleny recuerda, con mucha nostalgia, que sus padres la retiraron de la escuela porque pensaban “a las mujeres no se les da estudio, están para raspar arepas en las cenizas y criar niños”; sin embargo, al momento de traer a su memoria ese recuerdo ella misma manifiesta “sí somos las mujeres las que más necesitamos el estudio”.

Así, desde niña, ella comenzó a realizar las tareas del campo apoyando a sus padres en la finca. A los 17 años Marleny se enamoró y se casó; su esposo jornaleaba 3 o 4 días y los sábados viajaba a Copacabana a hacer las ventas; Marleny le ayuda a su esposo en todas las actividades.

La relación con su esposo pasó por momentos difíciles y ella pensando en su futuro, comenzó a ahorrar “empecé a jornalear en lecherías ordeñando a mano y traté de ahorrar de lo que el esposo me daba para el mercado, luego conseguí un socio en la lechería y así pude ir comprando mis primeras vacas”.

En el 2008 Marleny se separó de su esposo y emprendió su vida sola. Para ese momento ella ya tenía 7 vacas y 3 terneras, las cuales tuvo que vender, pues el esposo vendió 2 de sus vacas sin su autorización y temía que hiciera lo mismo con el resto del ganado. Cuando finalmente él se fue de la finca donde vivían, Marleny vio la oportunidad de empezar de cero, pero como no tenía plata para montar otra lechería, decidió aprovechar un espacio de la finca para iniciar el cultivo de hortalizas.

En la actualidad, Marleny tiene 66 años y sigue con el mismo empuje de siempre, continúa con la producción de hortalizas, retomó la actividad de levante de terneras y durante este año inició una sociedad en la actividad de ganadería de leche con su yerno.

Marleny sueña con volver a independizarse, quiere montar su propio hato lechero y reemplazar la actividad de levante de terneras que no es tan rentable por la actividad de lechería.